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jueves, 2 de septiembre de 2010

Pablo Apóstol (San)

Nace en Tarso en el año 5 d.C. de padres judíos nacionalizados romanos. Apóstol de los gentiles. Educado en la tradición farisaica por Gamaliel, nieto del rabino Hillel aprende a trabajar el cuero. Fue también llamado Saulo, quizá por pertenecer a la tribu del primer rey de Israel, Saúl, además de Pablo (era frecuente un segundo nombre, que fuese menos raro al oído griego y presentase una cierta semejanza con el nombre hebreo). Judío fogoso, presencia complacido la lapidación de S. Esteban. En su actividad persecutoria actuaba de buena fe, en completa ignorancia, realizando de manera casi única la previsión de Jesús sobre los perseguidores convencidos de honrar a Dios, matando a sus discípulos. Obtiene poder para perseguir a los cristianos de Damasco (actual Dimasq siria), cuando yendo en camino le rodea una luz, cae cegado en tierra y escucha una voz que le dice: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?, duro empeño es para ti dar coces contra el aguijón". Es la voz de Jesús, que le llama a convertirse y a entregarse al apostolado. Bautizado, recobra la vista. Comienza a predicar en las sinagogas y tres años después es presentado a Pedro y Santiago en Jerusalén (actual Yerusalaym israelí; al-Fuds, para los árabes). Marcha a Tarso, donde recibe el encargo divino de evangelizar a los gentiles. Colabora fructíferamente con Bernabé en Antioquía (actual Antakya turca), durante un año. A partir de entonces, inicia sus 12 años de viajes apostólicos. En el primero (ca. 45) va a Chipre. Le acompañan Bernabé y Juan Marcos, el Evangelista. En Listra (actual Zoldera) son apedreados. Finalizado el viaje, acude al concilio de Jerusalén, en el que se decide la independencia de los gentiles respecto a la ley mosaica. Grupos de cristianos judaizantes intentan mantener la vigencia de los antiguos ritos, entre ellos el de la circuncisión, pero el concilio de Jerusalén sanciona su no obligatoriedad: los cristianos de origen judío pueden seguir practicándola si lo desean, pero no pueden en modo alguno imponerla a los demás. Con la llegada de Cristo y la institución del Bautismo, la necesidad de la circuncisión desaparece, y ese rito se nos presenta como símbolo que anunciaba algo que lo supera: el Bautismo cristiano. En el segundo viaje (ca. 50), Pablo llega a Corinto. Visita las comunidades fundadas anteriormente, funda las macedónicas, pero fracasa en Atenas. Le acompañan Silas, Timoteo y, tal vez por poco tiempo, S. Lucas. En el tercer viaje (ca. 53) visita Galacia (en la actual Anatolia turca). Trabaja tres años en Efeso (actual Selçuk turca) y viaja a Corinto. Desde Acaya (al Norte del Peloponeso) vuelve a Jerusalén, pasando por Filipos (en Macedonia), Tróade (antigua Troya, actual Hissarlik turca) y Mileto (actual Balat turca). Durante este viaje escribe las epístolas más importantes. En Jerusalén está a punto de morir apedreado. Apela al César y es llevado a Roma bajo custodia militar (ca. 60). La relativa libertad de que allí goza le permite evangelizar y escribir ampliamente. Es declarado inocente. Realiza otros viajes posteriores, y en Tróade es arrestado de nuevo y tratado como delincuente. Vuelto a Roma, es encarcelado con los malhechores comunes y, probablemente, decapitado. Dotado de una inteligencia aguda y estructurada, y de un gran sentido práctico, sabe animar y reprender con autoridad, sin perder la simpatía. Expone con claridad tanto los dogmas fundamentales como los pormenores de la moral cristiana, iluminando la doctrina con los datos que entresaca del A. T. El núcleo de su predicación es la llamada de todos los hombres a la santidad, fruto del sacrificio voluntario del Redentor, y la comunión de vida de los hombres con Dios, que se realiza en el seno de la Iglesia, merced a la acción del Espíritu Santo. Pablo gana a los hombres para Dios con su perseverancia, su oración y su mortificación, y es precisamente en la debilidad y en la Cruz, que acentúan su sentido de la filiación divina, donde encuentra la fuerza para realizar su apostolado. No pocos consideran la visión de Damasco básica en la teología paulina, explicando el fuerte relieve que tiene en su enseñanza la doctrina de la Gracia, concedida por pura benevolencia de Dios al hombre pecador. Nace en el alma de Pablo, en esta ocasión, el germen de la universalidad cristiana, en cuanto que la salvación por la fe era ofrecida igualmente al viejo pueblo de Dios y a los paganos. En esta visión que le convierte, Pablo toma también contacto con Cristo crucificado y resucitado, intuyendo de improviso, por una gracia especial, la relación de estos dos aspectos tan contrapuestos en el mesianismo judío. El escándalo de la Cruz se cambia en un título de orgullo, causa de salvación y de resurrección. La teología de Pablo es sobre todo una teología de Cristo muerto y resucitado. La doctrina enunciada por Pablo queda expuesta en sus 14 epístolas: una a los Romanos, dos a los Corintios, una a los Gálatas, una a los Efesios, una a los Filipenses, una a los Colosenses, dos a los Tesalonicenses dos a Timoteo, una a Tito, una a Filemón y una a los Hebreos. La Iglesia celebra su fiesta el 29 junio, su Conversión (25 ene.) y la Dedicación de la Basílica Ostiense (18 noviembre). La iconografía pictórica ha preferido siempre el episodio de su conversión, camino de Damasco. Murió en Roma en el año 67.

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